La educación financiera se abre paso en República Dominicana

En República Dominicana, cualquier ciudadano necesita un fondo de pensiones, porque no existe un sistema público que cubra esta necesidad. Por eso existen las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), instituciones privadas que administran esos fondos bajo la modalidad de cuentas personales. Una de ellas, AFP Crecer, ha querido apostar por la educación financiera en su estrategia de responsabilidad social. “Creciendo Contigo” es el nombre del programa de formación que ha desarrollado con CODESPA.

El programa de finanzas personales se está impartiendo en 14 provincias. Tiene como objetivo formar a 1000 beneficiarios de comunidades asociadas a cooperativas, organizaciones comunitarias, sociales y mypimes vinculadas a las cadenas de valor de quienes procesan productos primarios y derivados de frutas. Además del componente de educación financiera, el proyecto incluye un aspecto de concienciación para toda la sociedad dominicana, con un mensaje clave: difundir conocimiento entre las personas más vulnerables es esencial para que puedan ser dueñas de su presente y construir un futuro mejor para los suyos. Esta acción de responsabilidad social corporativa puede inspirar a otros actores e incluso servir como modelo a países vecinos, donde la educación financiera aún no está extendida entre toda la población.

Nuestra historia en República Dominicana

CODESPA ha beneficiado en República Dominicana a más de 350.000 personas, desde 1989. Todos nuestros esfuerzos se han dirigido a apoyar al pequeño productor rural, a comprender mejor sus necesidades y reforzar su autonomía económica. Nos hemos centrado en la formación, la organización socio-productiva y el acceso a crédito rural. Las microfinanzas han sido una gran aliada, ya que la inclusión financiera sigue siendo uno de los mayores retos en las zonas rurales.

En 2010 y gracias al apoyo de la AECID, diseñamos con el Banco ADOPEM un producto de microcrédito que respondía a las particularidades del sector agropecuario y del pequeño productor. Debía ser acorde a los ciclos productivos y a los flujos de ingresos de cualquier agricultor.